Según los rigurosos cálculos de Steve Wells, sin tener en cuenta las masacres del diluvio universal, de Sodoma y Gomorra y de los primogénitos egipcios, otras plagas, hambrunas y demás, sino solamente aquellas cuyos números concretos están en la Biblia, Dios se ha cargado a 2.476.633 personas en 135 episodios violentos distintos, que suben a 2.821.364 en 158 ocasiones con los textos deuterocanónicos, o sea, los pasajes del Antiguo Testamento aceptados por la Iglesia Católica y la de los cristianos ortodoxos pero no por los creyentes de las ramas protestantes ni por los judíos.Dichos episodios incluyen los 3.000 israelitas, familiares y amigos, que se mataron entre ellos por orden del dios judeocristiano tras adorar al becerro de oro en pelota picada (Ex 32: 26-28), los 12.000 habitantes de Ai a los que liquidó Josué con el mandato específico de colgar el cuerpo sin vida de su rey en un árbol (Jos 8: 1-25), los cuarenta y dos niños a los que se comieron dos osos por llamar calvo al profeta Eliseo (Re 2: 23-24), etcétera. Pero, con las estimaciones oportunas, el total asciende a veinticinco millones de seres humanos apiolados por la gracia de Dios.